De lo espeluznante a la tendencia.
Ambientemos la escena en la máquina del misterio con el estéreo a todo volumen sonando Thriller de Michael Jackson o alguna canción de los Backstreet Boys. A punto de resolver un crimen, cazar fantasmas o en camino a una fiesta de disfraces; nos preparamos para la época más terrorífica del año. Cuando la noche de brujas se acerca, las criaturas míticas surgen de las profundidades de la oscuridad en búsqueda de venganza y los hechizos se invocan pasada la medianoche. Los simples mortales que bajo un acto de supuesta rebeldía no usan la pieza característica de este acontecimiento –el disfraz– son condenados y la moda se hace presente como un vehículo fundamental.
Halloween es la noche perfecta para jugar a ser alguien más, y la cultura pop, la del terror y la moda nos conceden infinitas posibilidades de personajes para interpretar, divertirse y explorar la identidad personal.
Encontramos una fascinación por este ritual, hablamos de esta festividad como si fuese propia y esta es una consecuencia de los consumos que formaron y siguen construyendo nuestra visión del mundo, nos acercaron a una tradición ajena a nuestra cultura que apropiamos como un espacio lúdico que nos permite volver a jugar y crear un personaje.
Desde nuestra infancia los canales de entretenimiento tenían varios elementos en común con la llegada de octubre, el terror como eje principal, una estética teñida de color naranja calabaza y negro aterrador, y una escenografía decorada con telarañas, calaveras, murciélagos y sangre falsa. Les habla una chica que creció en el auge de los dos mil, presenció la experiencia del videoclub y miró todos los especiales de Halloween que la
televisión podía ofrecer, soñando con replicar la ceremonia característica de la noche de brujas; salir disfrazada a pedir caramelos.
Halloween ocupa nuestros espacios de consumo, se ha instalado en las plataformas de streaming, en las redes sociales y en las marcas que nos rodean, con una presencia destacable podemos hablar de un fenómeno que aún no siendo parte de nuestras costumbres logró establecerse y cautivarnos años después para encontrarnos buscando ideas de disfraces originales.
El rol de la moda y el dark glamour en la spooky season
Una generación que se encuentra entre el caos constante, ansía escapar y reinterpretarse tiene una necesidad evidente, encontrar espacios que remiten a la nostalgia, que permiten jugar a ser un otro. El vestir influye en el personaje que representamos cotidianamente y en Halloween da lugar a un disfraz que caracteriza lo ficticio y permite explorar una estética teatral. Representa el respiro de las normas sociales que inhiben la experiencia de
reconocerse en otra piel, en otra vestimenta desde un lugar simbólico, un ritual performático donde las máscaras reales y ficticias toman un rol fundamental. Halloween y la moda tienen una relación interesante que deja ver cómo la estética y la cultura pop influyen en nuestro sentido de identidad, aspiración y creatividad.
La moda y el arte tienen un rol fundamental en esta época, comparten en sus elementos una estética oscura, lo siniestro resulta encantador y nos conectan con nuestro lado más oculto, el jugar con la identidad, con aquello que resulta desconocido, con los misterios más humanos, tratando de darles una respuesta y que las expresiones artísticas sirvan como canal para expresar esta curiosidad.
La influencia de Halloween en las colecciones de moda
Las firmas de moda integran lo sombrío, lo oculto y la brujería en sus colecciones con una afición hacia lo gótico y el punk en las pasarelas, especialmente durante Halloween, cuando la búsqueda está en lo oscuro y lo rebelde.
El dark glamour de Halloween refleja una elegancia misteriosa que traspasa las tendencias y establece su propio estilo. Entre sus principales referentes de origen británico está Alexander McQueen, el diseñador que comienza su carrera con su tesis Jack the Ripper Stalks His Victims (Vogue España, 2015) toma inspiración en la naturaleza, en sus siluetas volátiles, dramáticas y etéreas. Su puesta en escena, sus diseños y su búsqueda inagotable de libertad y rebeldía creaban mundos en sí mismos, dejando un legado en la moda.
Vivienne Westwood, diseñadora reconocida como la dama del punk de los años 70 representa un estilo rebelde, inconformista y subversivo a las normas impuestas. Inspirada en el pasado con toques modernos jugó con piezas históricas como el corsé con influencias del estilo victoriano y del romanticismo (Vogue España, 2022) para crear piezas únicas que se liberaban de la moda tradicional.
Desfile Pirates, 1981. Vivienne Westwood
Como última selección dentro de este breve recorrido seleccioné al diseñador Gareth Pugh, conocido por experimentar con plástico, volúmenes y siluetas, jugando con el dramatismo y la extravagancia con una fuerte inclinación gótica y futurista. Traspasando las líneas del cuerpo humano crea estructuras geométricas exageradas y trasciende los límites tradicionales de la moda es conocido por diseñar “esculturas usables”.
Estas colecciones, que exploran colores oscuros, texturas dramáticas y detalles cargados de simbolismo, reflejan una estética que juega con el misterio y el miedo, recurriendo al deseo de expresarse con un estilo macabra, como referencia Valerie Steele en su libro Gothic: Dark Glamour (2008).
Personajes y símbolos: la fascinación por los monstruos y los héroes
El género del terror dio lugar a la creación de personajes característicos que se convirtieron en arquetipos modernos de Halloween. Pensamos en dos categorías antagónicas, en villanos (asesinos, vampiros y brujas) que habitan lo oscuro y en héroes que representan las aspiraciones. Incluso en esta contradicción la moda se hace su lugar para diferenciar visiblemente las particularidades de cada personalidad.
Esta construcción y masificación está dada por una gran influencia en el cine (si lo primero que pensaste es Scream hablamos el mismo idioma) y en la cultura pop. Ya lo anticipaba Chicas Pesadas en 2004 Halloween es la oportunidad perfecta para disfrazarte a gusto y piaccere en criollo, encontrar aquello que nos atrae y jugar entre los límites de lo real y lo fantasmagórico.
Somos naturalmente nostálgicos y esta celebración se convierte en una galería de disfraces que encarnan a personajes de películas de terror clásicas, como Ghostface, Drácula o Beetlejuice, hasta íconos de la moda como Carrie Bradshaw, David Bowie o Marilyn Monroe y personalidades contemporáneas a nuestros tiempos que tienen un estilo propio identificable como Chappel Roan, Sabrina Carpenter o Harry Styles, e incluso personajes históricos como Maria Antonieta, Cleopatra y Frida Kahlo.
Esta nostalgia es un tema recurrente en la moda, que constantemente recupera estilos de épocas pasadas, y en Halloween, esta tendencia se adapta a través de personajes icónicos que evocan décadas específicas y estilos reconocibles. Esta tendencia resalta cómo la moda y sus figuras se convierten en símbolos famosos y aspiracionales que muchas personas adoptan para jugar por una noche.
Los disfraces de moda como reflejo de las tendencias sociales
Cada Halloween refleja las tendencias sociales y de moda del año: personajes de la cultura pop reciente, desde villanos de series hasta figuras de la política o el entretenimiento, se convierten en las opciones más populares. Esta fusión de tendencias actuales revela cómo la moda se adapta rápidamente a los cambios en la sociedad, transformándose en una forma de expresión y comentario social.
Así es como en este último tiempo los disfraces más deseados están relacionados con los últimos estrenos cinematográficos, podemos hablar así de La Sustancia, Beetlejuice Beetlejuice, El Joker 2: folie à deux, Pobres Criaturas por mencionar algunas de mi lista en Letterbox.
Hago mención especial a mis personajes favoritos dentro de este género que además de su relación con lo sombrío tienen un estilo destacable, juvenil y fashionista; Merlina (2022) y Buffy, la cazavampiros (1997).
Del misterio a la vidriera: el encanto de lo oscuro en el branding argentino
Halloween se transformó en una oportunidad única para marcas locales que reinterpretan su estética y adoptan algunos de sus elementos icónicos en sus propuestas.
Las vidrieras argentinas se ven alteradas con decoraciones inspiradas en brujas, fantasmas y fantasía. Las marcas de moda, decoración y gastronomía aprovechan este momento para lanzar cápsulas temáticas y lograr ofrecer una experiencia atractiva. Marcas como Todomoda y The Dreamstore nos acercan sus propuestas que combinan lo siniestro y lo chic.
Todomoda, por ejemplo, lanzó una colección de accesorios de temporada como aros en forma de arañas y diademas con temática de vampiros para sumar a nuestros disfraces y lucir icónicas en la noche de brujas.
Mientras que The Dreamstore (@thedreamstore.ar), una marca que sigo hace tiempo y se destaca por la originalidad y narrativa de sus productos, creó una colección de velas para sentirnos envueltas en un ambiente místico durante esta época.
Una reflexión entre sombras y estilo
Halloween y la moda forman una alianza única con los ingredientes exactos, un poco de drama, un toque de roleplay, la influencia de la cultura pop y el misterio que transforma a lo aterrador en un objeto de deseo combinado con el estilo, dando lugar a una celebración al juego y a lo profundo.
La moda en Halloween es algo más que el disfraz; es una invitación a sumergirse en el simbolismo de lo oscuro. Desde íconos del cine clásico hasta personajes góticos, el disfraz es un vehículo que nos transporta hacia una versión oculta de nosotros mismos, explorando identidades alternativas. El miedo se transforma en fascinación y coquetear con lo aterrador es la forma de expresión por excelencia.
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