El teatro independiente se convirtió en un punto de encuentro para quienes buscan propuestas escénicas poco convencionales en espacios alternativos y Buenos Aires se transformó en la ciudad con la mayor cantidad de salas independientes en el mundo. Sin embargo, los recortes a la cultura han precarizado este sector, intensificando los desafíos económicos que enfrentan los artistas.

Ayelén Del Valle, dramaturga y creadora de la productora teatral CRANEO, describe el teatro independiente como “la expresión más genuina de los artistas o de cualquier persona que quiera hacerlo, porque no depende de ningún inversor o productora que te diga qué hacer a priori”.

La directora también lo define como una “película de culto” y no como “la película pochoclera de comedia romántica que vas a ver al cine y es efectista”. Las producciones independientes se diferencian de las comerciales por su menor presupuesto y mayor libertad creativa, esta autonomía permite a los artistas explorar narrativas innovadoras, representar el arte que deseen siempre y cuando cuenten con un espacio.

El aumento de costos es otro obstáculo para estas producciones. Del Valle menciona que cada vez es más caro hacer un presupuesto para realizar una obra y agregó que “vivir del arte y de la cultura es una incertidumbre constante, actualmente empeoró porque no hay una proyección clara de ingresos”.

Además, señala que es muy difícil que las salas de teatro sin los subsidios se mantengan en pie y que se enfrentan con el desafío de no saber si van a poder sobrevivir a esta crisis, “si hay menos salas, habrá menos posibilidades y menos puertas abiertas para los artistas emergentes que quieran presentar sus obras”.

Sin embargo, la directora afirma que “es imposible extinguir el teatro en Argentina a pesar del contexto económico” y agregó: “en nuestro país se hace más allá si hay plata o no y eso a nivel mundial sorprende, porque nosotros hacemos arte sin importar lo monetario, en otros países hasta que no aparezca plata no se mueve nadie”.

A pesar de los recortes a la cultura, el teatro independiente en Buenos Aires sigue siendo un espacio de creatividad y expresión. Aunque las dificultades actuales amenacen la estabilidad de las salas y limiten las oportunidades para nuevos talentos, la pasión y la perseverancia de los artistas aseguran que este tipo de producciones continúen demostrando que el arte puede prosperar incluso en tiempos de adversidad.